El Pabellón de Bruselas ’58, diseñado por Corrales y Molezún, fue seleccionado en 1956 para representar a España en la Exposición Universal de Bruselas de 1958.
Emplazamiento y diseño:
Conocido como el Pabellón de los Hexágonos, su estructura está formada por 130 módulos hexagonales de fibra de madera y cemento. En Bruselas, el pabellón se dispuso en forma de V, adaptándose al terreno y preservando la vegetación existente. Este diseño modular, flexible y adaptable, permitió que, tras desmontarlo, fuera reconstruido en Madrid. Sin embargo, a día de hoy, permanece en desuso y bastante deteriorado.
Sistema modular:
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Estructura: La construcción utiliza tubos de acero huecos de 133 mm que, además, permiten el desagüe de las aguas pluviales. Encima de los tubos se coloca una estructura en forma de corola o seta, y los nervios subdividen los triángulos en cuatro partes. El techo está impermeabilizado con fieltro asfáltico y láminas de aluminio.
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Adaptabilidad: Los módulos permiten que el edificio se adapte a las irregularidades del terreno y respeten la vegetación, mostrando su gran flexibilidad.
Pavimento y materiales:
El pavimento está compuesto por módulos triangulares diseñados para integrar el mobiliario y las instalaciones interiores. En su reconstrucción en Madrid, se utilizó tabiquería cerámica para mejorar la protección frente a las condiciones climáticas.
Uso y programa:
Con la entrada ubicada en el vértice de la V, el pabellón albergaba dos áreas expositivas: una dedicada a la cultura española y otra enfocada en el futuro. También disponía de una zona de audiovisuales y una de restauración. Su diseño modular no solo facilitó su desmontaje y traslado, sino que también demostró su capacidad para adaptarse a distintos contextos, aunque su estado actual refleja abandono.